FEDERACIÓN DE ENTIDADES RELIGIOSAS EVANGÉLICAS DE ESPAÑA

“Un Estado español que tiene que velar por el bienestar de sus ciudadanos está haciendo una dejación de funciones”

Dos pastores evangélicos, David Manzanas y Marcos Vidal, cuentan su experiencia y la de sus padres, a quienes el régimen franquista impidió cotizar a la Seguridad Social y que a diferencia de los sacerdotes católicos y otros colectivos, aún no han visto reconocido su derecho a una pensión

(Redacción, 18/03/2024) En el día de ayer, Buenas Noticias TV (BNTV), el programa de las iglesias evangélicas en la televisión pública española, dedicó su espacio a la emisión de un reportaje sobre la situación de los pastores protestantes, evangélicos y sus viudas, a los que el Estado español no ha reconocido el derecho a una pensión.

Bajo el título, “Pastores olvidados”, el reportaje recoge y explica la injusta situación de los pastores protestantes, evangélicos, a los que el régimen franquista no permitió cotizar a la Seguridad Social, y a los que hasta la actualidad ningún gobierno en los más de 45 años de nuestra democracia ha sabido, o ha querido, hacer justicia.

Y ello a pesar de los insistentes reclamos realizados desde la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), así como desde de las propias familias e iglesias afectadas, y a pesar también de que desde 2012 pesa sobre el Estado español una sentencia condenatoria del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo por discriminación religiosa, ya que sí se facilitó una solución a los sacerdotes católicos secularizados.

En el reportaje, el director de BNTV, Esteban Lozano, entrevista a dos pastores evangélicos que representan a cientos más afectados por esta situación. Ellos son el pastor David Manzanas, de la Iglesia Evangélica Española (IEE), hijo del pastor Francisco Manzanas, cuyo caso fue el que consiguió la citada sentencia del TEDH en 2012; y el pastor Marcos Vidal, de la Iglesia Evangélica Salem, cuyo padre, Manuel Vidal, de 92 años de edad, fue uno de esos pastores sin derecho a pensión que, hasta la fecha ha sobrevivido de la caridad de su iglesia, a través de un donativo, y de la ayuda de sus hijos.

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